El Caja Rural Aula Valladolid viajaba al País Vasco para romper otro techo: el de firmar la mejor primera vuelta de su historia. Un nuevo capítulo que terminó en Lasesarre en puntos suspensivos después de que las vallisoletanas no pudieran pasar del empate (24-24) ante un irreducible Zuazo. Las de Miguel Ángel Peñas acabaron acusando la diferencia en las exclusiones en un partido muy físico.
El Zuazo saltó al parqué más centrado en su objetivo que el equipo vallisoletano. Guiadas por Alba Sánchez y amparadas en una gran defensa, las locales comenzaron el choque con aire marcial y abriendo una brecha inicial de 4-1 que descolocaba a las chicas de Miguel Ángel Peñas.
Con más insistencia que claridad, el Caja Rural Aula Valladolid allanó un poco el camino hacia la portería de Meriem Ezbiza para evitar una escapada mayor del Zubileta Zuazo. Trabajo de pico y pala en un partido en el que los goles se contaban con cuentagotas y los errores con paladas. En ese coto, enseñaban el colmillo Amaia González de Garibay y Elena Cuadrado, que aprovecharon sus habilidades desde el extremo para volver a equilibrar la balanza y decantarla para su lado (7-10), obligando a Joseba Rodríguez a solicitar una tregua en forma de tiempo muerto.
Recuerda seguir la actualidad deportiva en nuestros perfiles de Facebook y Twitter
Las exclusiones que coleccionaba el Caja Rural Aula Valladolid eran burbujas de oxígeno para un Zuazo que vio cómo Ezbiba crecía bajo palos y entraba en los últimos minutos del primer periodo con balón para empatar; un escenario que se hizo realidad casi sobre la bocina, cuando Izai Perchman puso se desmarcó con fuerza desde el pivote para poner el 12-12 con el que se llegó al final de un primer periodo cargado de altibajos en ambos lados de la pista.
Tras el paso por los vestuarios el equipo pucelano continuaba chocándose con un muro rojo por el centro y encontrando la vía hacia la victoria desde los extremos; una estrategia opuesta a la de un Zuazo con buen criterio y ritmo en la circulación. La corriente goleadora continuaba siendo densa gracias, en buena parte a los minutos de inspiración de Lulu Guerra y Ari González, en una y otra portería (15-15).
Zuazotarras y vallisoletanas vivían en un constante limbo en el que las primeras anulaban los intentos de las segundas de rasgar el marcador, pese al empeño de evitarlo por parte de Danila So. Cada llamada a la victoria del Caja Rural Aula Valladolid era respondida por el Zuazo -liderado en la parcela goleadora por Mada Fernández-, obligando a una partida de ajedrez no apta para cardiacos, que se quedó en tablas (24-24). Un punto agridulce.