El Abanca Ademar León vence a Bidasoa Irún por 23-27, dando un paso de gigante por la segunda plaza liguera.
El partido comenzaba con los nuestros muy enchufados. Un parcial 0-3 obligaba a Jacobo Cuétara a parar el partido con un tiempo muerto. Nada más reanudarse, un nuevo robo terminaba con un contraataque de Ademar que ponía el 0-4.
Pero la batalla no iba a ser sencilla. Con un ambiente espectacular, Artaleku empujaba a los suyos hasta darle la vuelta al marcador. Un 4-0 avisaba a Manolo Cadenas, que pedía el tiempo muerto para cambiar la dinámica.
Slavic y Ledo se convertían en los grandes protagonistas. Los porteros impedían que los ataques brillaran por encima de unas defensas que no estaban del todo ajustadas. Los dos contendientes encontraban los espacios, pero se chocaban una y otra vez contra los dos arqueros.
Pese a ir por detrás en el marcador, fruto, principalmente, de las numerosas pérdidas, Ademar no perdía la cara al encuentro. David Fernández con tres goles era el argumento más fiable en ataque. Slavic sacaba, con un otro paradón, la pelota en el lanzamiento de Sergio de la Salud. Al descanso, 11-11.
En la reanudación, los visitantes salieron más enchufados, principalmente de cara a puerta. Mientras Irún seguía viendo truncados sus ataques por Slavic, por los palos o por la mala suerte, el equipo de Manolo Cadenas crecía y daba un paso adelante.
David Fernández percutía una y otra vez en el lateral derecho y, cuando no podía tirar, busca a un Rubén Marchán excelso en la definición. El pivote enganchaba cinco balones que terminaban en la red, para desesperación de los irundarras, que no sabían cómo detener al manzanareño.
Por si fuera poco, Ademar reducía significativamente las pérdidas, lo que no daba opción a Irún, que por contra, perdía varios balones que los leoneses castigaban con contraataques directos. La precisión en los metros finales era clave para llevarse los dos puntos. Bidasoa no bajaría los brazos, pero el León ruge más que nunca.