La Consejería de Industria, Comercio y Empleo, en colaboración con los agentes sociales, ha puesto en marcha una campaña de prevención de riesgos laborales centrada en los trastornos psicosociales del ámbito laboral con la intención de analizar, en primer lugar, las obligaciones de evaluación de estos riesgos por la empresa. A continuación, se indicarán unas pautas para intervenir en la misma con la finalidad de reducir los riesgos, y finalmente se expondrán estrategias preventivas para la mejora de la salud psíquica en el individuo.
La jornada ha sido inaugurada por el Director General de Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales, Fernando de la Parte Alcalde, quien hizo referencia a los objetivos de la campaña, para sensibilizar en esta problemática y promover el bienestar en el ambiente laboral. Previamente a esta intervención, el Delegado Territorial, José Mazarías, ha dado la bienvenida a los asistentes, celebrando la gran afluencia de profesionales, ya que han participado 58 profesionales, y resaltando la importancia de la salud mental en todos los ámbitos de la vida.
‘Vive SanaMente’
La jornada se centra en la salud mental en el ámbito laboral destacando el trastorno de la depresión. La depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo, y afecta a más de 350 millones de personas. Además de los síntomas más conocidos de este trastorno, como es el bajo estado de ánimo, la depresión tiene otros síntomas cognitivos como son: la falta de concentración, la indecisión o los problemas de memoria, que están presentes la mayor parte del tiempo durante los episodios. Estos síntomas cognitivos afectan a muchos aspectos de la vida del paciente, entre los que se encuentran, el bajo rendimiento en el trabajo y el peor funcionamiento social.
Según los datos presentados en el documento ‘Depresión en el ámbito laboral (Depression in the workplace)’, por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el trastorno cuesta unos 92.000 millones de euros a Europa.
Pero detrás de estos números tan elevados está sobre todo el gran sufrimiento causado por la depresión y por otros trastornos mentales como el estrés o la ansiedad. Y en no pocas ocasiones, el trabajo y las condiciones del mismo influyen notablemente, tanto en la aparición, como en el desarrollo de las mismas, por lo que se hace imperativo su evaluación, e, igual que se hace con otros riesgos laborales, la implantación de medidas para su prevención.
Además, un medio ambiente de trabajo poco favorable desde el punto de vista psicosocial puede tener un impacto notable en la productividad del lugar de trabajo, con mayor absentismo y presentismo, menor implicación en el trabajo y reducción del rendimiento laboral (tanto en relación con la calidad como con la calidad del trabajo). La acumulación de estrés y fatiga puede reducir el grado de precisión en el trabajo y aumentar la posibilidad de cometer errores, incrementando el riesgo de que se produzcan lesiones y accidentes.
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