El Real Valladolid ha derrotado de manera apabullante al San Pablo (75-61), al equipo burgalés se le han visto “las costuras” en cuanto se ha enfrentado a un rival de cierto nivel. Las malas sensaciones de la pretemporada de los burgaleses se confirma ahora en la competición oficial. Es verdad que queda mucha temporada por delante, pero confiar el banquillo al entrenador que descendió con el equipo…nunca parece una buena idea.

Triunfo brillante para arrancar la temporada como local en Pisuerga. El Real Valladolid Baloncesto fue mejor desde el principio, consiguió una buena renta en el primer cuarto y supo ampliar esa ventaja con el paso de los minutos, con poderío desde la línea de triple, derroche de esfuerzo y con solidez en defensa, además de velocidad para hacer eléctrico el encuentro.

La primera canasta mostró a las claras la ambición local. Kuiper anotó de tres en lo que sería una constante, con los de Paco García castigando desde el 6,75 a una escuadra burgalesa que no encontraba la manera de frenar los ataques rivales. En defensa destacó el conjunto morado que, paulatinamente, ampliaba su ventaja para acabar el primer cuarto con una renta de 13 puntos.

Se amplió ese margen en un segundo cuarto demoledor. Con un acierto desde el triple del 58% para anotar 7 de 12, con siete lanzadores diferentes, y con manos que se multiplicaban en las ofensivas del San Pablo para robar una y otra vez, Pucela se marchaba en el luminoso con claridad notable. El 45-24 al descanso hizo justicia a lo visto sobre el parqué, con Pantzar, Mike Torres y Belemene como los más destacados.

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No dejó el Real Valladolid Baloncesto que las dudas empañasen una tarde emocionante en Pisuerga. Por eso, aunque los burgaleses salieron con energía tras el vestuario y se anotaron un parcial de 0-6, los locales encauzaron el tercer cuarto, cómo no, con un triple de Puidet que enchufó de nuevo a los vallisoletanos para mantener la renta. Eso sí, en el tramo final y lastrados por las faltas, el resultado con el que se entró al cuarto decisivo fue de 56-42.

Lejos de tener el triunfo atado, tocó sufrir. No tanto por la diferencia en el marcador, que aunque bajó a +13 en ningún momento llegó a poner en peligro la victoria, sino por la sensación de ver a los burgaleses recortar en apenas un minuto y medio. Faltaban menos de cuatro y Paco García, a través de un tiempo muerto, logró frenar esa reacción visitante para tener un final de encuentro plácido.

Con 27 puntos de valoración y 16 de anotación destacó sobre todos los demás Melwin Pantzar, muy por encima del visitante Corbalán con 19.

Buenas sensaciones para los locales, y malísimas para los visitantes,