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El BSR Valladolid cayó derrotado (60-52) ante Amivel de Málaga, en un partido que supo controlar en la primera mitad, pero en cuya segunda parte se mostró tremendamente errático, sin organización y sin criterio en el juego, lo que aprovecharon los locales para tomar las riendas del encuentro y amarrar un importante triunfo, que les permite dar un paso al frente de cara a la Copa del Rey.

Y eso que el conjunto morado salió con las ideas claras a la cancha andaluza, por lo que supo mantener bajo una estrecha vigilancia a Abdi Jama, director de orquesta del Amivel, y a Marsh, un lanzador de gran nivel. La defensa funcionó y los vallisoletanos también fueron efectivos en ataque, lo que se tradujo en un primer parcial de 9-15. Y aunque en el segundo cuarto empezaron a hacerse notar algunos problemillas en el juego interior, donde Esparza se iba acomodando poco a poco, se llegó al descanso con una ventaja de seis puntos (23-29).

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Tras la reanudación, lo lógico es que el Valladolid aunara fuerzas y fuera a por todas para tratar de romper el partido y mostrar un mayor poderío, pero sucedió todo lo contrario: se empezó a jugar de manera caótica; la defensa comenzó a hacer aguas por todas partes; el juego interior pasó a ser dominado, prácticamente en su totalidad, por Esparza, quien se convirtió en una auténtica pesadilla para los vallisoletanos, y el ataque morado perdió toda fluidez.

Y aún así en el tercer cuarto se mantenía una pequeña renta de tres puntos (39-42), que los malagueños anularon gracias al acierto anotador de Marsh y Esparza y a una intensa defensa que terminó de rematar a los de José Antonio de Castro, desconocidos en ese tramo final.