Después de convertir en terrenal al Bera-Bera, el Aula intentaba noquear a otro de los pesos pesados de la competición: un Rocasa Gran Canaria que ya sucumbió en Huerta del Rey. Sin embargo, fuera de su hogar, la misión se complica siempre para las vallisoletanas, que mostraron un gran nivel de juego -sobre todo en la primera parte-, pero terminaron hincando rodilla (34-25) ante la autoridad ofensiva canaria.  

Comenzó el Aula con espacios para correr y con Alicia Robles levantando el muro bajo palos; condimentos suficientes para que el equipo vallisoletano pudiera comenzar desplegando un juego que acostumbra mucho más a lucir en Huerta del Rey que lejos de sus dominios. Cada gol que lograba celebrar el Pabellón Insular Antonio Moreno, era respondido de manera inmediata por el Aula; donde Amaia de Garibay celebraba con goles su retorno a la selección. Sin lograr despegarse en el marcador, la imagen pucelana fue sobresaliente en este periodo; apretando los dientes en defensa y desmelenándose en ataque, donde la defensa del Rocasa no lograba cerrar los huecos por donde se colaban las pucelanas; tanto en estático como golpeando a la contra, su hábitat natural. 

Con un reparto coral, el Aula se convirtió en protagonista de la primera mitad. La renta visitante llegó hasta los tres goles (9-12); sin embargo, la exclusión de Sabina Bergara y la discutida y discutible exclusión de Teresa en un cambio dejó a la escuadra pucelana durante dos minutos con cuatro jugadoras de cancha. Oxígeno para las canarias que lograron empatar el marcador y dar un golpe de timón al guion del partido. Un gol de Jheniffer Rosa en el final de la primera parte dio la primera ventaja del partido a las canarias e impidió que el Aula se llevara al descanso un premio que hubiera sido más que merecido (15-14). 

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El final del primer periodo sirvió a Rocasa para comenzar una tendencia positiva para sus intereses y negativos para los del Aula, que se encontró con cinco goles en contra (19-14) y la obligación de recuperar la dinámica de la primera parte lo antes posible. En un pestañeo, las dieron un golpe de autoridad comandadas por una gran Marta Mangué. 

No desfalleció el Aula, que aceptó su rol en un partido de ida y vuelta. Sin embargo en los momentos en los que acometer la embestida se encontraba con el palo o con una inspirada Ana Palomino. Las exclusiones que coleccionaban las insulares dieron vida por momentos al equipo pucelano, que tuvo de nuevo en sus manos el volver a poner contra las cuerdas a uno de los gigantes de la Liga Guerreras (22-20). Pese al esfuerzo, Rocasa cerró filas en torno a su guardameta y se amparó en Vasiliki para recuperar una renta que cada minuto que pasaba se hacía más insalvable. Tanto, que el marcador se terminó de disparar ante la inapelable efectividad de las pupilas de Morfeo, que reaccionaron a tiempo para llevarse los puntos sin demasiados nervios (34-25).