El Aula Valladolid tuvo que trabajar para imponerse a un Beti-Onak muy peleón (30-24), que se agarró al partido con uñas y dientes para dificultar al máximo el triunfo de un equipo blanquiazul que acusó el cansancio acumulado. Porque las de Miguel Ángel Peñas se vaciaron hace cinco días en Elche y ya tienen la vista puesta en Gijón, donde les espera este sábado el Balonmano La Calzada. Apoyado en la defensa, con Carmen Sanz brillando bajo los palos, y con una primera línea imparable, el Aula Valladolid volvió a brillar en casa.
El partido empezó con los dos equipos muy conscientes de sus puntos fuertes, con un Aula que se ha acostumbrando a ir creciendo con el paso de los minutos. Y con un parcial de 6-2 entre el minuto 5 y el minuto 10, las blanquiazules abrieron el primer hueco en el marcador (9-5).
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Irene Botella y María O’Mullony se hicieron cargo del centro de la defensa, ya que Miguel Ángel Peñas decidió que Lorena Téllez y Marcela Arounian, una de las mejores parejas defensivas de la Liga Guerreras, empezaran el choque desde el banquillo tras llegar el lunes de jugar el Panamericano.
A pesar de todo, Beti-Onak no se salía de su papel en el partido y, poco a poco, casi sin hacer ruido, consiguió acercarse en el marcador (10-9, min.15). El equipo que entrena Miguel Echeverría ha formado un bloque sólido, que sabe jugar a su ritmo y que aguantó por detrás en el marcador sin salirse del partido. Así, las visitantes consiguieron empata a falta de seis minutos para que finalizara la segunda parte (12-12). La exclusión de Lorena Téllez, una serie de malas decisiones ofensivas y una última señalización de dos minutos a Miguel Ángel Peñas hicieron que el partido llegara al descanso empatado (14-14).
Tras el paso por los vestuarios, le volvió a costar empezar al Aula Valladolid, enganchado en la defensa visitante y con problemas para encontrar buenas soluciones. Hasta que pudo despegar. Desde la defensa, apoyados por una acertadísima Carmen Sanz en la portería, el equipo de Miguel Ángel Peñas volvió a lanzarse en el marcador con un parcial de 4-0 que les permitió volver a mandar en el partido (21-17, min. 11). El partido podría haber muerto ahí, pero se mantuvo vivo por la insistencia de Beti-Onak y el cansancio acumulado por las jugadoras blanquiazules.
Las vallisoletanas tuvieron que apretar los dientes par conseguir una importante victoria y lograr que en Huerta del Rey, por el momento, solo valga su ley.